El centro de fisioterapia Fisiomiriam adquiere la Bomba Diamagnética
La Bomba Diamagnética se ha convertido en la tecnología más innovadora del sector de la fisioterapia. Tal es así que muchas clínicas y centros de fisioterapia se están haciendo con ella para sus diversos tratamientos. Y, uno de ellos, ha sido el centro de fisioterapia Fisiomiriam, que ya contaba con tecnología de prestigio y ha adquirido la Bomba Diamagnética CTU Mega 20 para mejorar sus tratamientos.
Fisiomiriam es un centro de fisioterapia localizado en la ciudad de Barberà del Vallés (Barcelona) que nace de la ilusión de su directora, Miriam Díaz Sánchez-Reboto, por crear su propio centro después de muchos años de profesión. Se origina con el objetivo de hacer un tratamiento muy personalizado a sus pacientes, fruto de la devoción por esta profesión del que equipo que han formado.
Se trata de un centro dedicado en profundidad a la fisioterapia con una larga trayectoria en la profesión. Ofrece servicios de:
- Fisioterapia
- Fisioterapia deportiva
- Rehabilitación
- Ondas de choque
- Punción seca
- Masoterapia
¿Qué les ha aportado la Bomba Diamagnética?
Gracias a la Bomba Diamagnética están viendo que pueden abarcar a tratar patologías que nunca antes habían realizado y que sin ella nunca podrían realizar. En el poco tiempo que llevan con ella están descubriendo resultados espectaculares y de manera inmediata.
En palabras de Miriam Díaz Sánchez-Reboto:
“Somos un centro que hasta hora basaba prácticamente la totalidad de los tratamientos en el trabajo manual, hasta el momento en el que hemos descubierto la Bomba diamagnética Ctu Mega 20 .
Gracias a ella, estamos viendo que podemos llegar a tratar patologías, donde nuestras manos nunca han llegado y nunca llegarían.
Aún estamos en una fase inicial, pero los casos que estamos viendo, nos muestran resultados absolutamente sorprendentes, viendo, por ejemplo, como edemas que después de bastantes tratamientos manuales y con alguna otra tecnología, no respondían y desaparecer totalmente en una sola sesión con la bomba.
Es por ello, que puedo decir que nuestro corazón está con la bomba diamagnética, cuando precisamente yo nunca he tendido excesiva confianza en las tecnologías y siempre he confiado más en mis manos.